viernes, 28 de mayo de 2010

Tiempo nublado




          Muchas veces la tempestad de la vida, nos hace olvidar todo lo que tenemos. Siempre estamos en busca de aquello que nos falta, nos concentramos demasiado en alcanzar metas impuestas por nosotros mismos. La vida tiene sentido, la vida tiene un final, pero tenemos que caminar cada paso para llegar a él. La paciencia es importante en este trayecto, si nos impacientamos la frustración nos puede amargar el camino. La fe es imprescindible pues si dudamos de que existimos por Él y con Él, al primer encuentro con la adversidad nos derrumbaríamos. Aún así necesitaremos de fortaleza para levantarnos de la caída. Tener todo en un sólo instante podría ser abrumador y aburrido para unos seres como nosotros que viven en el tiempo. No estamos solos nunca, ni en la más absoluta soledad, no hay obscuridad que apague la luz del alma.

Músico, poeta y loco... Sin duda es un filósofo.




      Muchas personas me preguntan el por qué estudié la nada redituable carrera de filósofo. Les respondo: para ver el mundo en toda su amplitud. Ser filósofo es ponerse en los zapatos del otro.

Existen preguntas en el fondo de nuestro ser que buscan ser satisfechas. De hecho si no se responden, lo único que se puede perder es la felicidad. Por ejemplo: Si acaso tenemos un alma y si no muere con la muerte corpórea.

Sin duda sabernos inmortales, es un gran salto hacia la propia felicidad. Todos los sufrimientos se vuelven un preámbulo hacia un estado de cosas mejores, las cuales no pueden adquirirse en esta vida. Nuestros anhelos más profundos jamás serán plenos en este mundo. No queremos morir; pero menos vivir en un mundo de sufrimiento y corrupto en todos los sentidos.

Si fueramos inmortales en este Mundo, terminaríamos por hastiarnos y aburrirnos, como bien lo ha señalado Borges. Por otro lado si, como mortales que somos, terminamos en la tumba tampoco esto nos muestra sentido, al menos uno consolador. Queremos vivir. Queremos ser. La nada no cabe en nuestro entendimiento.

Por tanto el sentido del Mundo no puede estar en este Mundo, sólo así realmente podremos ser felices.

jueves, 27 de mayo de 2010

Alegría y Tristeza




"No cambio la tristeza de mi corazón por la alegría de la gente, ni mis íntimas lágrimas por una sonrisa. Prefiero que mi vida sea una lágrima y una sonrisa.

Una lágrima que purifique el corazón, me revele los secretos de la vida y su oculto sentido, y una sonrisa que me acerque a los humanos. Una lágrima con la que pueda acompañar a los desdichados y una sonrisa que simbolice mi alegría en la vida.

Quiero morir anheloso y no vivir en el tedio. Deseo que haya en las profundidades de mi alma sed de amor y de belleza; porque miré y vi que los satisfechos son miserables esclavos de la materia; y escuché y oí que los suspiros del anhelante son más dulces que la mejor música.

Viene la tarde y la flor recoge sus pétalos y duerme abrazada a su deseo, y cuando llega la aurora, abre sus labios para recibir el beso del sol, porque la vida de las flores es deseo y encuentro, lágrima y sonrisa.

Las aguas del mar se evaporan para convertirse en nubes que vagan sobre montes y valles, y al encontrarse con el viento, caen llorosas sobre los campos, y luego se unen, a los ríos, al final de la jornada, vuelven a su patria que es el mar. La vida de las nubes es separación y encuentro, lágrima y sonrisa.

Así el alma: se separa de Dios y camina en el mundo de la materia, luego pasa cual nube sobre la montaña de la tristeza y los valles de la alegría, y después, al encontrarse con los vientos de la muerte, regresa a su lugar de origen: al mar del amor y de la belleza, a Dios".

Gibran Kahlil Gibran.

La última y nos vamos




        La verdad no sé quién es Cerati, sólo vi en las noticias que estaba enfermo de algo que tiene que ver con la presión arterial, al parecer su estado de salud no había sido bueno en mucho tiempo; entre las causas se encuentran el estrés, la mala alimentación y el cigarro. No supe nada más. Espero que se mejore.

A pesar de no saber nada de este artista ni de su vida, la noticia me dejó reflexionando. ¿Por qué a veces es tan difícil cuidar nuestra salud, aún cuando sabemos previamente las cosas que la deterioran? No es lo mismo que nos de gripe, o alguna enfermedad de esas que nos toman por sorpresa, a las enfermedades que causamos nosotros mismos, como la obesidad, enfisema pulmonar, presión arterial debido al estrés, etc. Pero yo sé que el problema es más complicado que eso, por ejemplo, se dice que los alimentos frescos, sin conservadores ni químicos, son los mejores para la salud, pero a la hora de ir de compras uno puede toparse con que las cosas naturales y frescas, muchas veces son más caras, nos adentramos a un problema económico que no me interesa aquí. De la misma manera resulta que algunos productos como los endulzantes artificiales son mejores que el azúcar normal para las personas con problemas de diabetes, pero también son dañinos para el riñón. Es toda una paradoja, salvo mi riñón o me cuido del azúcar.

Podemos entrar en debate en cuanto alimentos, economía y salud. Pero, ¿qué pasa con los fumadores?, por ejemplo. Si saben que fumar es malo para la salud, ¿por qué siguen fumando?, Aquí el problema rebasa lo material para adentrarse al terreno de lo inmaterial. El valor de la vida como un regalo divino pasa a segundo plano cuando el vicio es más fuerte, cuando lo material nos envuelve y nos acerca al placer. La voluntad se debilita y cedemos frente a lo ilógico.

Recuerdo mis clases de ética aristotélica, uno de los temas que más me apasionaba era precisamente éste: ¿por qué el conocimiento no impide actuar equivocadamente? Por qué el hombre, sabiendo que beber en exceso es tan nocivo en todos los aspectos, duda y cede ante ese último vaso. Yo no sé cómo era la vida de Sócrates, pero si para él la sabiduría bastaba para el actuar recto del hombre, ¿habrá dudado alguna vez entre quedar satisfecho o comer ese último pedazo de pan y sufrir las consecuencias después? Que paradoja...

El Muro




        Este lunes, leí junto con mis alumnos la novela corta El Muro de Jean Paul Sartre. Me pregunto: ¿Habrá alguien capaz de vivir en la nada? Parece algo imposible.

Una característica destacable del ser humano es el aspecto temporal. Somos seres contingentes. Según Sartre somos un constante hacernos a nosotros, nunca podemos ser de manera plena y completa. Por nuestro carácter temporal, somos nada. El sentido de la existencia es nada...

Sin embargo Sartre tiene razón en el deber de hacernos cargo de nuestra propia existencia, sin evadirnos. Nos evadimos cuando buscamos fórmulas distintas a afrontar nuestra existencia, incluso nuestra propia muerte. La diferencia con las bestias radica en ser conscientes de nuestra temporalidad. Las drogas, las fiestas, el sexo, etc., pueden llegar a ser caminos sencillos de evasión.

Un enfermo terminal tiene el derecho de hacer frente a su propia existencia. Este derecho se ve violado cuando los médicos deciden calmar su paso al más allá con drogas. Esto es morir como bestia. Encargarnos de nuestra propia existencia, sin evasiones, esto es, libertad. Autodeterminación.

Breviario electrónico




      Paolo Padrini, es el sacerdote encargado de la realización de iBreviary, una aplicación para ipod touch, iphone y ipad, que de manera electrónica nos permite tener acceso a la liturgia de las horas. Estas oraciones están basadas en la Biblia, la rezan diáconos, sacerdotes, y muchos laicos. Con el incremento en el uso de aparatos conectados a la red, y la gran información que encontramos en internet, es necesario escuchar el consejo que el Papa Benedicto XVI dio a la Iglesia: acercarnos a los medios y utilizarlos para difundir el amor y la verdad que es Jesús.

Como esta útil aplicación, debería haber más, por ejemplo, de las miles de aplicaciones para leer la Biblia, sólo una maneja la versión católica (Biblia), pero no es de la mejor calidad, no te permite tener la misma experiencia que con otras aplicaciones. Por ejemplo, de la Biblia protestante hay gran variedad de versiones con características que facilitan la lectura y te que ofrecen un estudio muy concentrado de ella. Recordemos que la Biblia protestante es diferente a la católica,no nada más en las traducciones, sino también en el número de libros. Pero bueno, lo que quiero recalcar, es la importancia que tiene para los católicos que nos enfrentemos a la era de las comunicaciones, a no tener miedo de los medios, al contrario acercarnos para hacer de ellos una forma de evangelizar. Este blog fue realizado con inspiración de esa.

Fuente: http://zenit.org/article-35396?l=spanish

A mayor educación, ¿mejor matrimonio?




         Me llamó la atención un artículo de la revista Time que habla de las estadísticas sobre divorcio que se han manejado en los últimos años, se dice que el 50% de los matrimonios acabarán en divorcio, pero este estudio va más lejos al decir que no es exactamente esa cifra, y que hay más factores a considerarse. También afirma que la cifra de 50%-50% ha sido politizada tanto de corrientes liberales como de conservadoras. Lo más interesante es que afirma que las parejas que tienen estudios universitarios y que contraen matrimonio a partir de los 26 años, tienen más posibilidades de permanecer casados por más de 20 años, que las parejas que no tienen educación y que se casan a una edad más jóven.

De ser así, la educación jugaría un papel muy importante para la formación de nuevos matrimonios. Desde mi punto de vista no bastaría con un título como para asegurar éxito en el matrimonio, pero podría ser de gran ayuda una formación de la persona en el ámbito humanista. Los jóvenes deben acercarse más a la lectura y a las artes, ya que es una forma de cultivar el espíritu con todos los beneficios que esto pueda tener.

Una vez más parece que la solución del problema (como con muchos otros) es la calidad en la educación, ¿por qué es tan difícil que los líderes de nuestro país se den cuenta de esta realidad?

Artículo en Time: http://www.time.com/time/magazine/article/0,9171,1989124,00.html

Alfonso Reyes




       Hoy estaríamos celebrando el cumpleaños número 121 de este gran escritor y pensador mexicano. Sin duda alguna la mejor prosa en español es alfonsina. En Monterrey, la Universidad Autónoma de Nuevo León le rinde homenaje con orgullo de tierra. Sin embargo el mismo Reyes decía: "La cultura termina donde comienza una carne asada".

En un Estado donde se lee muy poco, o de plano ni se lee, debe retomarse el estudio de la gran obra literaria de este autor como un aliciente. Ojalá hubiera más Alfonsos, no se diga en Nuevo León, en todo el país...

Médico de cuerpos y almas




      Ayer vimos la película de Quo Vadis, por increíble que parezca no la había visto nunca. Me gustó mucho, y se las recomiendo. Películas como Los Diez Mandamientos, Ben-Hur, Jesús de Nazaret, son obras cinematográficas que todos tenemos que ver alguna vez.

La más reciente gran producción de este tipo fue La Pasión, dirigida por Mel Gibson, inmediatamente logró colocarse entre las clásicas películas católicas. Me gustaría que hubiera más de estas producciones, una en especial. Médico de cuerpos y almas es una novela estilo biografía histórica que habla de la vida del evangelista San Lucas, presenta el camino del personaje en todo su trayecto hacia la conversión. Desde mi punto de vista tiene todos los elementos para ser una muy buena película, espero que algún día se logre, mientras tanto, les recomiendo la lean.

¿Qué será de mí?




     Hace algunos años un amigo muy querido para mí se fue a la morada del Padre. Dicen que los amigos son contados con las manos, y hasta nos sobran dedos; frase muy cierta en mi vida. Con su partida, grandes dudas existenciales llegaron a herir profundamente mi ser. Indagaba si la muerte acaso era la última escala, escala resguardada en el olvido del momento presente. Ciertamente nos aterra enfrentarnos a nuestro inevitable fin. Buscamos distraernos con diversos medios para olvidar la angustia de la muerte: la televisión, el sexo, la comida, amistades, etc., cada persona puede encontrar la forma de evitar el recuerdo de su mortalidad.

Borges decía en el Inmortal que vivir para siempre, en este mundo, nos causaría hastío e inmovilidad. La mortalidad nos mueve, porque sabemos que cada instante puede ser el último, no hay tiempo que perder.

Este pensamiento me impulsó a escribir mi tésis sobre El problema de la inmortalidad en Aristóteles y sus comentadores. Conclusión: No podemos estar cien por cien seguros de la inmortalidad por vías científicas, porque el objeto de estudio sobrepasa toda medición. Sin embargo hay un fenómeno, efecto del alma que de cierta forma es medible científicamente, pero no del todo, a saber el pensamiento. Sin duda no hay pensamiento sin cerebro. Por otro lado el pensamiento tiene características inmateriales. Si nuestros pensamientos fuesen materiales, al reflexionar sobre ellos, encontraríamos reflexión de reflexión al infinito, lo cual terminaría con nosotros. El tamaño de nuestra cabeza crecería exponencialmente.

Si el pensamiento es inmaterial, algo permanece, pues sólo los entes materiales son sujetos de corrupción. ¿Cómo se puede medir el pensamaiento? ¿Acaso algún neurólogo ha encontrado un pensamiento en la cantidad de cerebros estudiados?

En este mundo nuestros anhelos más profundos no pueden ser satisfechos de manera absoluta. La profundidad de los mismos lo exige. Sería absurdo que estos anhelos no puedan colmarse y existan en nosotros, como contradictorio sería utilizar un libro como martillo. Por último la fe nos puede ofrecer respuestas anticipadas. Todas las religiones están de acuerdo en la existencia de un más allá...

Wittgenstein concluye que el sentido de este mundo no puede estar en él. Sería absurdo. Además si apostamos por un más allá, por Dios, no tenemos nada que perder y sí mucho que ganar, aunque la apuesta de nuestro ser parezca elevada.

Informar y Reformar



       Cada vez aparece con relativa facilidad el acceso a la información. Hoy día existen personas que no pueden vivr sin separarse de su móvil. Nos es necesario estar comunicados, no dentro de un día ni diez minutos; queremos saber todo aquí y ahora. Ahora bien, ante el creciente poder de los Mass Media, ¿Basta sólo con informar sin más? ¿Debemos apoyar a Maquiavelo diciendo que el fin justifica los medios?

Informar, quieran o no, implica forzosamente seguir un código de ética. Las noticias tienen un impacto positivo y negativo en quien las recibe. Es importante que los periodistas prestén atención a su público. Desgraciadamente informar adquiere más peso que la verdad. La verdad está comprometida con la ética. No nos satisface solamente recibir información. También queremos calidad. La objetividad no debe deslindarse de las noticias. Gran importancia acarrea el quién lo dice por encima de lo dicho.

A fuerza ni los zapatos entran.

¿Dos más dos = cero?


http://bit.ly/97OOuD

Pongo este link del períodico el Universal, donde dicen haber encontrado una fórmula matemática para el amor con base en la segunda ley de la termodinámica (los cuerpos tienden a enfriarse si no son mantenidos constantemente en su calor) aplicada en las relaciones entre parejas, aparentemente pasa lo mismo. Pero antes de todo, debemos cuestionarnos qué es lo que entiende José Manuel Rey por amor. Sin lugar a dudas, cuando se busca cuantificar una emoción o sentimiento, nos referimos de manera exclusiva a aspectos físicos, materiales.

Por otro lado, en el ámbito meramente humano, no se puede reducir el amor a lo fisiológico. Los cuerpos siempre tenderán a enfriarse si no se les mantiene en su temperatura. De hecho todo el Universo se ve afectado por esta ley, el mundo se va a acabar.

El amor es un sentimiento que no está sujeto a las leyes de la Física; al contrario, el amor es libre, tanto como la misma persona, agente de amor. El amor está por encima de la cantidad porque es cualidad. ¿Cuánto mide el amor? ¿Cuántos kilos pesa? No podríamos decir que el amor se mide por besos y caricias.

Sin duda el amor debe nutrirse día con día con los nutrientes de él mismo. El amor es uno. No se puede afirmar que alguien ame más que otro. El amor tiende a enfriarse, entibiarse, incluso hacerse monótono, pero si no está sujeto a la cantidad, ¿podemos decir que acaba? Hay parejas que nunca se separan; muchas sí. Tendríamos que investigar cuál fue su concepción de amor, regidora de sus destinos: un amor que se enfría y perece o aunque se enfríe permanece porque es real.

Trabajo para vivir, vivo para trabajar




          El trabajo fue hecho por y para el hombre, nunca al revés. En el momento en que vivimos para trabajar, nos convertimos en máquinas. ¿A esto realmente se le puede llamar vida? En nuestro país impera la primera afirmación. El trabajo es un elemento humanizador del hombre, le confiere dignidad. A veces podemos perder el rumbo de nuestras vidas, absortos en los quehaceres laborales. No nos percatamos de la existencia de un mundo que subyace a nuestro mundo económico, a saber, el ámbito familiar. Si olvidamos a nuestra familia, de nada sirve el éxito profesional. Si ganamos al mundo a costa de nuestra alma, ¿acaso será un negocio factible?

Para quien confía en Dios, el trabajo adquiere su valor y dignidad reales. Nuestra meta es más alta. Tan elevada que desborda, incluso nuestras propias aspiraciones.

No sólo de trabajo vive el hombre...

House, maestro de ética




      Hoy en clase con mis alumnos de bachillerato, leímos un artículo de La Filosofía de House, escrito por Jennifer L. McMahon titulado House y Sartre: El Infierno son los otros. Para Sartre la convivencia con los otros es un infierno porque no estamos dispuestos, la mayoría de las veces, a implicarnos en una auténtica relación de carácter personal con los demás. Existe la tendencia de tratar a las personas como medios, meros objetos de uso, con miras para alcanzar algo.

Si tratamos a las personas como objetos, evidentemente (al igual que Sartre) las personas se convierten en amenaza para el ejercicio de nuestra existencia. Vivimos en nuestro mundo subjetivo, como una vil representación de nuestro yo. Cuando aparecen los demás, nos volvemos concientes de nuestro yo objetivo, muchas veces aderezado por la visión de otros (negativa o positiva).

El fin del mundo




        A lo largo de la historia ha habido distintas teorías acerca del fin de mundo, por naturaleza el hombre siempre busca el fin, y si hubo un principio, debe haber un final. El cambio de siglo siempre ha generado especulación, ¿será el XXI el último siglo? Hay películas que alimentan nuestra imaginación con sus efectos multimillonarios, como la más reciente; 2012. El trasfondo de esta película es la supuesta predicción hecha por los mayas de que el fin del mundo llegaría en el 2012. Por otro lado, los científicos no están de acuerdo con esta versión:

Por su parte el profesor Nikolai Grube, de la universidad de Bonn (Alemania) y director del proyecto Uxul en Campeche, aseguró que "no hay ninguna profecía sobre el fin del mundo en 2012 en los códices mayas".


Añadió que "en ningún lugar de los tres códices mayas los epigrafistas han encontrado señales de profecías apocalípticas relacionadas con una fecha concreta. Cualquiera que revise los códices mayas en la búsqueda de evidencia para las profecías, como sugieren los seguidores del ámbito esotérico, se desilusionará".

Dejando de lado las teorías supersticiosas sin respaldo científico, como al principio destaqué, si el mundo tuvo un principio es de esperarse que tenga un final, científicamente el mundo acabaría a causa de la expansión del sol, en unos 5,000 millones de años, lo cual nos quitaría el peso de ser protagonistas de un final que solo se ha considerado como devastador y terrorífico.
Los católicos esperamos en el juicio final, una serie de acontecimientos profetizados en el Apocalipsis. Y cuando uno o varios de los eventos anunciados ocurre sin razón aparente, no dejamos de preguntarnos, ¿será? ¿Qué pasaría si hoy acabara el mundo?

En busca de sentido



         El sentido de la vida no puede estar en este mundo. Si así fuera, este mundo, acompañado de todas nuestras acciones, sería un sin sentido. Sería ilógico hacer obras buenas, sabiendo que todo se irá por el retrete de la nada. ¿Para qué trabajar, vivir, comer? Todos terminaremos en la fosa. Sólo el amor permanece, porque en primer lugar no se va a la tumba; sino queda en los seres amados... El amor, por su esencia, no puede jamás ser un sinsentido. El sentido de nuestras vidas no puede ser contingente, tiene que trascender así como el amor supera nuestros anhelos y espectativas. Blaisse Pascal decía que buscar el sentido a nuestras vidas era hacer una apuesta por Dios: Si Dios no existe, no perderás nada. En cambio; si Dios existe la ganancia es infinita, como infinita será la felicidad.

Viñadores del Señor




        En México la mayor parte de la población vive en pobreza. La causa de tal problema es el desempleo. ¿Cómo conseguir el pan cotidiano, si no podemos trabajar por él?

Culpamos, con muchas bases, al Gobierno, al prójimo, incluso culpamos a Dios.
Un amigo mío me dijo en una ocasión: El problema más grave en nuestro país es la desesperanza.
Hoy día el comentario me parece muy pertinente. La desesperanza ata nuestra voluntad, nos impide seguir con nuestra vida. Nuestras alas han sido cortadas.
Si realmente creyeramos en Dios, sabríamos quien trabaja para el Evangelio puede vivir confiadamente de él. Nuestro ser no depende de nosotros. No somos dueños de nuestra vida. Sólo Aquél quien nos sostiene en sus manos amorosas, puede cualquier cosa.

Vivir de fe




         Los cristianos debemos vivir, ante cualquier circunstancia, del maná de la fe. Con la fe, aunque no tengamos toda la sabiduría del mundo, tenemos algo mayor. La fe es un adelanto de lo que seremos.

Mis estudios universitarios fueron un producto de la mano divina que guío mis pasos, incluso cuando parecía no haber más caminos. Con la fe recibimos el gozo de sabernos sostenidos, con la confianza de tener un Padre que sólo sabe dar cosas buenas a sus hijos.

En un mundo marcado por criterios vacíos de éxito material y económico, contingentes, espuma de mar; lo más difícil es abandonarnos en las manos de Dios, pero sin duda es lo más satisfactorio en el ascenso a la plena realización como seres humanos.