viernes, 3 de agosto de 2018

Vacaciones 2018


Viernes 13 de julio 2018.


     Por fin ha llegado el tiempo vacacional. He tratado de aprovechar este tiempo al máximo, entre lecturas y cursos por internet, la agenda vacacional no puede estar más llena. Mi esposa me invitó a inscribirme a un curso de álgebra básica. Me fascina simplificar términos. Ansío llegar a las ecuaciones.

Estoy por concluir un documental sobre la historia de Cuba en la plataforma de Netflix (The Cuba libre story). Lo recomiendo. Hasta ganas me han dado por visitar la Isla. La historia de Cuba es constante supervivencia con, y ante la sombra de Estados Unidos.

En plan multitarea, me encuentro leyendo cinco libros a la vez. Cambio de lectura acorde con mi estado de ánimo. Antes no abandonaba un libro hasta terminarlo. Lo que no puedo cambiar es leerlo de pe a pa. Leo desde el prólogo hasta la última página. Soy obsesivo.

Hoy es viernes trece.

Los números son arbitrarios... Hay personas que auguran un día especial. Yo no creo ni una cosa ni la otra. Todos los días son un regalo...



Viernes 3 de agosto 2018.


La semana entrante, comenzaremos a resolver ecuaciones de segundo grado. Faltan ocho días para terminar el curso. Devoré la Máquina del Tiempo de H.G. Wells. La ciencia ficción me fascina. Me atrevo a decir que son ventanas al futuro. El final (que no contaré) me dejó en un trance reflexivo. Todo fluye, nada permanece.

Lamentablemente falleció uno de mis profesores de licenciatura, el doctor Núñez. Fue tutor mío y de Gonzalo en el primer semestre de carrera. Tengo una anécdota sobre él:

Cuando entré a la Facultad el doctor Núñez impartía la clase de Historia de la Filosofía. En su cátedra imperaba el respeto y seriedad. No obstante fuera del aula el semblante del profesor cambiaba. Iba por el Campus con una gran sonrisa. Su camino se cruzó con el nuestro. Detuvo su paso para mirarnos fijamente (sobre todo a mí) y me dice:

—¡Oso!—lo dijo muy sonriente.

El doctor continuó su camino sin decir una palabra más.

Gonzalo y un servidor nos quedamos perplejos. 

En la facultad mis compañeros me decían "oso". Que un profesor me hubiera llamado así es digno de mención. Lo hizo fuera clase, en plan de amigos. Nunca olvidaré ese momento.