jueves, 27 de mayo de 2010

El Muro




        Este lunes, leí junto con mis alumnos la novela corta El Muro de Jean Paul Sartre. Me pregunto: ¿Habrá alguien capaz de vivir en la nada? Parece algo imposible.

Una característica destacable del ser humano es el aspecto temporal. Somos seres contingentes. Según Sartre somos un constante hacernos a nosotros, nunca podemos ser de manera plena y completa. Por nuestro carácter temporal, somos nada. El sentido de la existencia es nada...

Sin embargo Sartre tiene razón en el deber de hacernos cargo de nuestra propia existencia, sin evadirnos. Nos evadimos cuando buscamos fórmulas distintas a afrontar nuestra existencia, incluso nuestra propia muerte. La diferencia con las bestias radica en ser conscientes de nuestra temporalidad. Las drogas, las fiestas, el sexo, etc., pueden llegar a ser caminos sencillos de evasión.

Un enfermo terminal tiene el derecho de hacer frente a su propia existencia. Este derecho se ve violado cuando los médicos deciden calmar su paso al más allá con drogas. Esto es morir como bestia. Encargarnos de nuestra propia existencia, sin evasiones, esto es, libertad. Autodeterminación.

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