sábado, 19 de diciembre de 2020

Blogmas 19 2020. Filosofía de Tribilín.

 


Faltan seis días para Navidad. Me encuentro escuchando un álbum navideño de Christmas Rock, para intentar alegrar este fin de semana lleno de malas noticias. Con esta pandemia te das cuenta de estar completamente en manos de Dios...



En la tarde, después de comer, vimos la película de Mickey descubre la Navidad (creo que así se llama en español), dividida en tres historias. La primera es sobre cómo festeja la Navidad el pato Donald y sus sobrinos. Es la típica historia donde cada día es veinticinco de diciembre. Al principio los sobrinos están alegres por abrir regalos cada día y comer pavo, etc. Finalmente se hartan de lo mismo. El hombre no está hecho para ser inmortal, al menos en este mundo. La rutina terminaría por hastiarnos. Necesitamos novedad, sorprendernos con las ocurrencias del día a día.

La segunda historia es sobre Tribilín o Goofy. Me gusta la actitud alegre de este señor perro, incluso ante las adversidades. Cuando las cosas le salen mal, con su característica alegría, terminan por salirle bien...









Mi personaje favorito es Tribilín. Él es alegre porque es un reflejo de su interior, es como una especie de explosión que desborda su ser en alegría. Por eso aunque se caiga, pegue, etc., etc., siempre va a sonreír, eso es lo que me llevo de esta película.

En el periódico encontré una recomendación sobre una película de Santa Claus del año 1985. En estos días la veré. Espero que sea otro clásico de mi colección.


¿La han visto?

Recuerden que para la persona de fe, todo converge en bien. Por eso mantenemos la esperanza y alegría, aún en tiempos difíciles. Nos sobra esperanza hasta para celebrar la Navidad.


viernes, 18 de diciembre de 2020

Blogmas 18 2020. Posadas

 



Ayer escuché el concierto navideño de la orquesta sinfónica de El Salvador, en el Bosque de Chapultepec. Tuvo duración de una hora. Los primeros treinta minutos tocaron música de Mozart entre otros. En la segunda mitad por fin se dedicaron de pleno a la música navideña, lo cual agradezco mucho... Fue una velada singular. 



Recordé que el día 16 comenzaban las posadas. Lamentablemente no podemos salir, además las posadas ya no son lo que significaban antes. De niño era romper la piñata, beber ponche de frutas, comer buñuelos, romper la piñata (símbolo del mal)... Pedíamos posada con los peregrinos... En nombre del Cieloooo oooos piiidoooo poooosaaaadaaa.... Entren santos peregrinos...




En lo relativo al ponche, sólo me gustaban las guayabas, las cuales intercambiaba con mi hermano por cañas de azúcar y tejocotes. Cuando alguien rompía la piñata, no era muy aficionado de arrojarme al suelo por los dulces. Recogía los que llegaban hasta a mí. Nunca faltaba el niño gandalla que hasta llegaba con un pico de la piñata lleno de dulces. Era divertido observar cómo era destruido el mal, representado en una estrella de barro. Debe ser de siete picos por los pecados capitales. Cada edificio organizaba su posada; sin embargo muchos niños ajenos se colaban. Nadie decía nada. Me olvidaba de las velitas de colores que  nos daban para pedir posada. Siempre me quemaba con la cera desprendida. Llegó el punto que mi piel se hizo de acero. Hubo fiestas en las que ya no sentía nada. Digan lo que quieran, pero me quedo con las posadas de mi infancia sobre las actuales. 

La Navidad me recuerda mucho a mi abuela. Preparaba un ponche delicioso. Viene a mi memoria, recuerdo de jalea. No sé si era dulce navideño, pero me acordé. Nos ayudaba a escribir nuestras cartas a Santa Claus, dejarlas en el árbol para que desaparecieran al día siguiente. La Noche Buena, teníamos que dejar un calcetín. No podía faltar el vaso de leche. Era la noche en la cual nos dormíamos lo más pronto posible. Sabíamos de los regalos que nos esperaban a la mañana siguiente.

Que los recuerdos de navidades pasadas les den esperanza para celebrar la presente...


jueves, 17 de diciembre de 2020

Blogmas 17 2020. Sinterklaas.

 






Ayer tomé mi clase gratuita sobre San Nicolás a través de la Historia. Hubo muchos datos interesantes. Por ejemplo, en Holanda hay una tradición bastante antigua de San Nicolás; pero allá lo llaman Sinterklaas. Quiero imaginar que es derivado del nombre de San Nicolás de Bari. En Holanda celebran un desfile el seis de diciembre. Sinterklaas tiene un libro rojo donde anota los nombres de los niños malos y buenos. Lo asiste Zmarte Piet (Black Pete), quien tiene la piel color negra, debido a su origen musulmán, en tiempos de la ocupación en España. Sinterklaas no anda en trineo, sino en un caballo blanco de nombre Amerigo. Los niños le dejan una zanahoria o heno con un balde de agua para el jamelgo de Sinterklaas.




Mi versión de Santa.


Curiosamente, una figura que adquirí pensando que era San Nicolás, en realidad es su versión holandesa, porque Sinterklaas usa mitra y báculo. Guarda la esencia del obispo de Bari; sin embargo el caballo blanco es distintivo...

Me llamó mucho la atención cómo la figura de este santo, trascendió países y culturas. Incluso, Estados Unidos, lo despojó de toda religiosidad, convirtiéndolo en un signo mercantilista. La barba blanca y el traje rojo han quedado inalterables a lo largo de la historia. Pero en el fondo es la misma persona. San Nicolás nos enseña a dar a los más necesitados, en especial a los niños, a quienes trató con especial afecto. Ese obispo renunció a una jugosa herencia y toda la repartió a los pobres. 

Sería provechoso enseñar a los niños, no sólo a recibir regalos, sino también dar. No tiene que ser algo comprado. Puede ser algo hecho por ellos, un detalle.

A las ocho es el concierto navideño. Lo pueden ver por redes sociales en la página de ChapultepecCDMX.

Hasta pronto. Les mando un abrazo. Esperanza.


miércoles, 16 de diciembre de 2020

Blogmas 16 2020. Rompope.

 

Rompope de Coyoacán.

Ahora escribo este Blogmas más temprano; ya que hoy es mi clase sobre Santa Claus a las siete de la noche. Más vale prevenir. Pero el espíritu de navidad sigue presente. Me acompaña un vasito de rompope. Se me antoja cada vez que en las películas de temporada, los personajes toman su famoso eggnut. Compré una botellita de ese líquido amarillo. También adquirimos crema irlandesa. En ese momento Grimaldo, siguiendo el llamado de su sangre, me pidió un trago de whiskey. Como falta poco para encaminarse a ayudar a San Nicolás, accedí y pasamos un rato lleno de simple alegría.



Sólo bebimos una copita para entrar en calor. En la bebida debemos ser estoicos. Brindamos por todos nuestros amigos que se encuentran lejos. Barbadulce estaba dormido en el congelador, por fortuna, puesto que él es fanático de la cerveza, y no había ni Nochebuena... 













Al Sargento Cascanueces le gusta mucho el refresco de cola. A mí también, por lo que siempre hay conflictos. Cedo ante el gusto del rompope. Cuando era niño nos hicieron gelatina de ese sabor. Exquisita. La única bebida alcohólica permitida para los niños en diminutas cantidades. En Año Nuevo nos daban un traguito de sidra para unirnos a la celebración.

Mañana habrá un concierto navideño. Les dejo los datos, porque Navidad sin música no es Navidad. Recuerden estar alegres en la Esperanza. 






martes, 15 de diciembre de 2020

Blogmas 15 2020. Lecturas con Música.

 

Escarcha Barbadulce.


Estoy en la sala, frente al árbol y a un lado del Nacimiento. Cada vez está más cerca el tiempo sublime de la Historia. Mis manos se sienten calientes, gracias al calor emanado de mi taza de café. En las tardes lo tomo descafeinado con un chorrito de crema sabor avellana, para darle ese toque navideño de los frutos secos. Frutos del invierno. Lo acompaño también con unos dátiles. Es mi fruta favorita de esta temporada.

 Amaneció a cinco grados esta mañana. Les confieso que soy una persona de frío, por encima del calor veraniego. Mientras escribo, lo hago escuchando música navideña en inglés. Hay una canción que sonaba todo el tiempo en mi mente. Cedí a la tentación y puse a reproducir el álbum llamado Incredible Xmas Songs, se los recomiendo para acompañarme mientras leen este blogmas. Cada día, desde el cuatro de diciembre, les cuento una pequeña anécdota de navidad, para hacernos más llevadera la pandemia. Hay muchos cursos y conciertos gratuitos con temática navideña; sólo hay que buscar en internet. 



También el frío me invita a comerme una bola de helado sabor crema irlandesa. Fue una sugerencia del señor Barbadulce, a quien conocieron el día de ayer. Es tan alto el contenido calórico del helado que bien puede ser un postre invernal. 

Llevo días sin retomar mis lecturas. Estoy leyendo cuentos navideños de varios autores. Cada año los leo, no llevo ni siquiera la mitad de esa colección...

Mis amigos me sugieren leer algo de filosofía; pero no estoy seguro. Quiero algo ligero, para no abandonar el plano terrenal. De hecho tuvieron una pequeña discusión al respecto.













Siento su inclinación hacia el libro de metafísica. Me pasé ocho meses leyendo a conciencia la República de Platón. En fin, mejor vuelvo a los cuentos...

Hasta mañana. No olviden la ilusión de la navidad. Paz y Bien.




lunes, 14 de diciembre de 2020

Blogmas 14 2020. Duende de Navidad.

 


Afortunadamente ya estoy casi recuperado de mi resfriado. Así puedo continuar con mis relatos navideños de mi día a día. Hoy les tengo preparado uno muy especial. En Monterrey es muy común encontrarse duendes en las casas. Estos seres aparecen por doquier y en el momento menos esperado. En mi casa desde hace tres años, me visita un duende diferente a los demás. No viene solo. Cada año hacen escala en mi hogar para tomarse un descanso antes del día D. El duende, ayudante de San Nicolás, se llama Grimaldo Carrot y su amigo se llama Escarcha Barbadulce. Son inseparables. En futuros blogs les contaré su historia con más detalle.

Les gusta mucho acompañarme cuando escribo. Pero también deambulan por la casa, y cuando menos lo espero los pillo haciendo alguna travesura. El día de hoy, por ejemplo, me encontré a Grimaldo en el sillón. No quería moverse de allí, hasta que le convidara de mi chocolate...


Grimaldo Carrot.

Después de escribir, me acompañaron a ver la serie de Anne with an E, de Netflix. Es un programa muy ameno. Anne, la protagonista es una niña con mucha imaginación. Esa cualidad hace quererla.

Ya se siente el frío nuevamente. Pronostican para mañana cinco grados centígrados. Dentro de casa no se percibe; pero afuera...

En estas fechas me gustaba pasear y admirar los adornos navideños de las tiendas y establecimientos. Ahora sólo nos queda ser pacientes y esperar más que nunca, algo mejor. Sería absurdo y vano, regresar a lo mismo, sin un cambio radical en nuestro ser. El tiempo de Adviento tiene bastante eco ahora. Debemos prepararnos para la Llegada. Como siempre con esperanza, con alegría. Lo importante es dejar nuestra comodidad y, como los pastores, seguir la estrella de Belén. Digan “no” a la nueva normalidad.


domingo, 13 de diciembre de 2020

Blogmas 13 2020 ¡Alegría!

 

Alegría.

Sigo con el cuerpo cortado. Pedimos tacos mañaneros de desayuno. El repartidor de la aplicación se apellidaba Feliz. Aunque no lo crean. Para colmo la foto de esa persona no irradiaba nada de alegría. Su nombre es un colmo de suyo.

Hoy es el tercer domingo de adviento y es conocido como el domingo de la alegría. De hecho el sacerdote se viste de rosa para expresar esa emoción. Ya está cerca el día más esperado. Por eso debemos alegrarnos. Es difícil mantenernos alegres en este clima de incertidumbre. Sin esperanza ciertamente no puede existir el gozo. Van de la mano una de otra.

Ya casi llega.

Hice un maratón de películas “palomeras”, pero navideñas cíen por cien. Les dije que era mi gusto culposo. En la tarde, le puse un poco de alegría a mi café descafeinado. Tenía sabor avellana. Para alegrarme más el café, lo acompañé  con dos felices hojarascas de nuez. 












El día casi termina. Pero hablando en serio, la alegría puede encontrarse en cada detalle de la vida, porque nace de nuestro interior. Lo exterior jamás será causante del gozo en nuestros corazones. Por eso mi taza de café vespertina me hace el día...

Descansen con la esperanza alegre. Mañana nos espera mucho frío.