viernes, 22 de marzo de 2019

¿Existe Dios?



      Al igual que en el tema del alma, podemos probar de manera racional la existencia de Dios. Sin embargo; con estas pruebas no todos pueden afirmar que exista Dios o convencerse de ello, ya que para hacerlo es necesario invocar la fe, que es material para otra entrada.

Así como el alma se conoce de manera indirecta por sus efectos; también podemos conocer a Dios por sus obras. 

Tomás de Aquino nos ofrece las siempre citadas cinco vías para demostrar la existencia de Dios. 
Baste recordar que no son argumentos en absoluto. Son una especie de camino para guiar nuestra reflexión en torno a la existencia de un Ser Supremo. En esta ocasión no me detendré en explicar cada vía extensamente, ya que sólo me enfocaré en explicar algunas, las cuales considero ser demasiadas profundas, y en lo particular me dejan un buen sabor de boca.

Las vías tomistas de la existencia de Dios son:



1.- Primer motor inmóvil. 


2.- Causa eficiente.



3.- Ser Necesario.


De hecho debemos considerar que muy bien pudimos no haber existido. Estamos en el mundo pero no era indispensable estar aquí. Blaise Pascal decía que hasta una insignificante partícula de polvo podría liquidarnos. La humanidad vive en constante inquietud por su destino. Considerado desde una perspectiva universal, amplia de criterio, podemos ver que un meteorito puede acabar con nosotros en cualquier momento. El meteorito, en la vastedad del universo es polvo. Los dinosaurios fueron seres que dominaron el planeta por millones de años y una mota de polvo los borró de la faz de la tierra. En el calendario cósmico el hombre apenas lleva unos segundos de existencia. Sólo hemos habitado este mundo unos cuantos miles de años... 



4.- Grados de perfección.


En este mundo sólo vemos seres imperfectos de cierta manera, pues somos contingentes. Ciertamente vemos bondad, belleza, armonía, pero estas características no son absolutas, es decir, no son cien por ciento perfectas; por lo que deben provenir de un ser perfecto en grado sumo y este ser perfecto, no puede ser otro sino Dios.



5.- Orden del Universo.


La quinta vía, nos muestra que el Universo se rige por leyes, como por ejemplo la gravedad, la inercia. Así mismo el espacio y el tiempo muestran un orden. Pero este orden no puede ser dado de manera caótica o azarosa. Debe existir una Inteligencia Suprema que haya establecido estas leyes. Surge una pregunta ¿El universo se basta a sí mismo, es autosuficiente, que no es necesario invocar a un ser supremo?

La respuesta es sí. Pero podemos decir que esas leyes son tan perfectas que efectivamente Dios no tiene que intervenir constantemente en el universo para mantenerlo. Esa objeción no excluye la existencia de Dios.

Hay una objeción bastante recurrente, a saber, si Dios es bondad infinita, ¿por qué existe el mal? La respuesta corta está basada en san Agustín: Dios es tan poderoso que del mismo mal puede sacar bienes. 

También debe considerarse el tema de la libertad humana, así como el tema del mal como una privación del Bien. Se los dejo de tarea.

lunes, 18 de marzo de 2019

¿Tenemos alma?





¿Tenemos alma?


         Cuando estudiaba filosofía en la Universidad, me tocó hacer mi servicio social en un albergue donde vivían personas indigentes. Conocí todo tipo de personas. Desde el señor que tuvo todo y lo perdió… hasta el señor don Pepe. Una persona muy especial. Era un viejo con cataratas en los ojos, sentado en una silla de ruedas. Pero la razón por la que lo recuerdo es porque un día nos habló sobre el alma humana. Y para probarnos que teníamos alma nos dijo:


----Tenemos alma porque podemos hablar con nosotros mismos…En nuestro interior.


Y efectivamente, este hombre me dio una lección de sabiduría. Con su sencillez había dado un argumento muy fuerte para considerar la existencia del alma humana…


Podemos probar de manera racional la existencia de nuestra alma. Queridos amigos ustedes se preguntaran cómo se puede demostrar algo que no vemos. La respuesta requiere reflexión de nuestra parte.


Sea dicho de paso, las causas pueden conocerse por sus efectos. En el caso del alma tenemos un efecto peculiar y concreto, a saber, el pensamiento.


El pensamiento es un efecto de índole inmaterial. ¿Cuánto mide el pensamiento, cuánto pesa? O a modo medieval ¿Cuántos pensamientos caben en la cabeza de un alfiler? El pensamiento es inmensurable, debido a su inmaterialidad. Si el pensamiento es un efecto inmaterial de nuestro ser; por tanto la causa de tal efecto que es nuestra alma, también debe ser inmaterial.


Volviendo al recuerdo de don Pepe, cuando él decía que podemos hablar con nosotros mismos, ciertamente estaba hablando de un fenómeno muy peculiar. Estaba hablando de la reflexión. Es decir no sólo pienso, produzco pensamientos sin más. También al pensar puedo reflexionar sobre el mismo acto de pensar. Pienso que pienso, entiendo que pienso, en términos agustinianos. Sobre la reflexión vienen a mi mente las enseñanzas de mi profesor Carlos Llano:


Si la reflexión sobre nuestro pensamiento fuese totalmente orgánica, es decir causada exclusivamente por nuestro cerebro, entonces tendríamos una cabeza enorme. 


Es decir que si el pensamiento fuera absolutamente material, la reflexión sobre nuestro pensamiento, también lo sería, necesitaríamos un cerebro adicional para reflexionar sobre nuestro cerebro y así sucesivamente. Seríamos unos seres con una cabeza inmensa…


En resumen:


  • El alma puede conocerse por sus efectos. 
  • El alma es inmaterial, porque el pensamiento que es su efecto, es inmaterial. 
  • El alma no está sujeta a los cambios que se producen en los cuerpos, por ejemplo, el tiempo. 
  • El alma es un principio vital de los seres vivos.