jueves, 27 de mayo de 2010

Vivir de fe




         Los cristianos debemos vivir, ante cualquier circunstancia, del maná de la fe. Con la fe, aunque no tengamos toda la sabiduría del mundo, tenemos algo mayor. La fe es un adelanto de lo que seremos.

Mis estudios universitarios fueron un producto de la mano divina que guío mis pasos, incluso cuando parecía no haber más caminos. Con la fe recibimos el gozo de sabernos sostenidos, con la confianza de tener un Padre que sólo sabe dar cosas buenas a sus hijos.

En un mundo marcado por criterios vacíos de éxito material y económico, contingentes, espuma de mar; lo más difícil es abandonarnos en las manos de Dios, pero sin duda es lo más satisfactorio en el ascenso a la plena realización como seres humanos.

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