viernes, 26 de noviembre de 2010

Vestigios

Existen dos caminos para conocer a Dios: El primero es a partir de las creaturas hasta vislumbrar la Mano de su procedencia. El segundo es interior, es un camino místico, donde Dios se manifiesta libremente, como si se revelara de manera individual. Dios escribe en las almas místicas su Palabra, haciendo nuevas todas las cosas desde adentro.

Estos caminos no se excluyen, se complementan. San Buenaventura afirmaba que la Creación guardaba el sello de su Creador, vestigios de Dios. Si nuestra sensibilidad deja permear la luz divina en las creaturas, es posible alcanzar éxtasis, siempre y cuando Dios lo quiera. Baste el ejemplo sintético de san Francisco de Asís. Este santo llegó a Dios por ambas vías.

Por eso los cristianos ven en el prójimo a Dios; la naturaleza no es propiedad, sino hermana. Incluso las cosas inanimadas se vuelven "hermanas" por procedencia. El hombre sólo es un administrador provisional de la naturaleza. Esa mentalidad burguesa e ilustrada nos ha llevado a un despilfarro de recursos. Es necesario una nueva lectura del Génesis. Nos creemos dueños, cuando en realidad estamos de paso...

Cuando nos marchemos nada llevaremos; sin embargo nuestra huella puede ser el legado de los recién llegados. El egoísmo nos ciega ante nuestra realidad comunitaria. Compartir no consiste en dar sobras, es dar nuestro ser en la propia renuncia.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Alma Individual

La fe nos adelanta una noticia formidable: Tenemos un alma espiritual, libre de las leyes materiales, inmortal. Podemos conocer la existencia de la misma mediante sus efectos; entre ellos encontramos el pensamiento, la voluntad y la libertad. El cerebro por sí mismo, es incapaz de explicar el razonamiento.
Existen diversos vestigios en nosotros mismo y los demás que iluminan nuestro camino hacia el alma, su existencia e inmortalidad.
Sin embargo los problemas son antiquísimos: ¿Cómo el alma siendo inmaterial e indivisible, puede unirse a un cuerpo material y divisible? y ¿Cómo puedo saber que esa parte inmortal, cuando sea separada de su cuerpo, seguirá conservando su individualidad? ¿Cómo saber si esa parte puede contener todo mi yo?
Averroes afirmaba que las almas, al menos esa parte inmortal retornaba a Dios, como su fuente, como si Dios en cierto sentido, fuéramos todos.
Creo que parte de la respuesta está en la palabra "mi".
Finalmente es mi cuerpo; también es mi alma. Yo soy mío. La respuesta de la individualidad radica en el "yo", que me pertenece...