jueves, 16 de septiembre de 2010

Paternalismo

Sin lugar a duda, los ciudadanos no nos sentimos cobijados por las alas, en cierta forma sobreprotectoras, del Estado. Los sentimientos encontrados de éste último, respecto a los gobernados, parecen contradecirlo.
El Estado piensa que los ciudadanos somos incapaces de velar por nuestros intereses, creen que si ellos no toman las riendas nadie lo hará. Lo mismo han aplicado Fidel Castro que Porfirio Díaz. Permanecieron en el poder con el único objetivo de brindarnos su sabiduría. La realidad actual no dista mucho de los ejemplos antes citados. Es una supuesta democracia, donde el pueblo no elige a sus gobernantes, sino grupos minoritarios eligen quien debe gobernarnos, con base en su riqueza e influencia dentro del mismo grupo, conocido mejor como partido político.
La educación de los hijos es elegida por los sindicatos, no por lo que realmente quieren los padres.
Me canso de enumerar. Sapere Aude! ¡Ten el valor de valerte de tu propia razón! - nos dice el célebre filósofo Inmanuel Kant.