Hoy día, esta
expresión podría escandalizar a varias personas, para quienes los animales son
inferiores al hombre y pueden ser usados,
como si fueran cosas. Son seres que también sienten en grado superior a nosotros. La visión de san Francisco es más cercana al Evangelio y se
aleja por mucho de una visión ilustrada, racionalista de la Naturaleza. Si
somos creados por Dios, eso nos inserta en una gran familia, dentro de un plan
universal, compartimos el mismo destino en la Tierra. Los animales también son
vestigios de Dios, nos dicen algo acerca de Él, porque llevan el sello de su
Creador, nuestro. Una interpretación racionalista de la Creación desde el
Génesis, lleva a utilizar a los
animales y plantas de acuerdo a los caprichos del hombre. Este no era el plan de
Dios para la Creación. El ser humano debe ser el guardia de la Creación, más
que administrador o explotador.
Para probarlo, en primer lugar, los racionalistas
tendrían que dejar de considerarse como la especie superior y dominante. La
posible vía para admitir una superioridad como especie, es afirmando la
realidad espiritual, personal del hombre. En ese sentido puedo concederla y
afirmarla. ¿Los racionalistas estarían dispuestos a afirmarla? Si es así,
entonces tienen que conceder un principio del hombre más allá de la simple
naturaleza. Caerían sin quererlo en un círculo vicioso. Es como el argumento
anselmiano de la existencia de Dios. Los que no lo entiendan, lo catalogarán
como argumento ontológico…
EL Papa Francisco también se ha expresado a favor de custodiar la Naturaleza. No podemos caer en el extremo de privilegiar a los animales por encima del hombre. Sin embargo nuestra superioridad como especie no es motivo para “cosificar" a los seres vivos. Ellos no conocen el mal del cual somos capaces. Son expresión de una Nobleza por encima de nuestra comprensión.