viernes, 18 de diciembre de 2020

Blogmas 18 2020. Posadas

 



Ayer escuché el concierto navideño de la orquesta sinfónica de El Salvador, en el Bosque de Chapultepec. Tuvo duración de una hora. Los primeros treinta minutos tocaron música de Mozart entre otros. En la segunda mitad por fin se dedicaron de pleno a la música navideña, lo cual agradezco mucho... Fue una velada singular. 



Recordé que el día 16 comenzaban las posadas. Lamentablemente no podemos salir, además las posadas ya no son lo que significaban antes. De niño era romper la piñata, beber ponche de frutas, comer buñuelos, romper la piñata (símbolo del mal)... Pedíamos posada con los peregrinos... En nombre del Cieloooo oooos piiidoooo poooosaaaadaaa.... Entren santos peregrinos...




En lo relativo al ponche, sólo me gustaban las guayabas, las cuales intercambiaba con mi hermano por cañas de azúcar y tejocotes. Cuando alguien rompía la piñata, no era muy aficionado de arrojarme al suelo por los dulces. Recogía los que llegaban hasta a mí. Nunca faltaba el niño gandalla que hasta llegaba con un pico de la piñata lleno de dulces. Era divertido observar cómo era destruido el mal, representado en una estrella de barro. Debe ser de siete picos por los pecados capitales. Cada edificio organizaba su posada; sin embargo muchos niños ajenos se colaban. Nadie decía nada. Me olvidaba de las velitas de colores que  nos daban para pedir posada. Siempre me quemaba con la cera desprendida. Llegó el punto que mi piel se hizo de acero. Hubo fiestas en las que ya no sentía nada. Digan lo que quieran, pero me quedo con las posadas de mi infancia sobre las actuales. 

La Navidad me recuerda mucho a mi abuela. Preparaba un ponche delicioso. Viene a mi memoria, recuerdo de jalea. No sé si era dulce navideño, pero me acordé. Nos ayudaba a escribir nuestras cartas a Santa Claus, dejarlas en el árbol para que desaparecieran al día siguiente. La Noche Buena, teníamos que dejar un calcetín. No podía faltar el vaso de leche. Era la noche en la cual nos dormíamos lo más pronto posible. Sabíamos de los regalos que nos esperaban a la mañana siguiente.

Que los recuerdos de navidades pasadas les den esperanza para celebrar la presente...


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