martes, 22 de diciembre de 2020

Blogmas 22 2020. Café Navideño.

 

Café sabor Navidad.

En la mañana me tomé un café capuchino, con notas de caramelo. Me gustó tanto que por la tarde, después de la comida me bebí otro a manera de postre. Me acompañó el Sargento Cascanueces, quien ya se muestra algo inquieto por la llegada de la Navidad. Yo también, les confieso.




Vimos la película Santa Claus, la de 1985. Estuvo demasiado laaarga y muuuuuy lenta. Bien pudo ser una miniserie o dividirse en dos largometrajes. La historia no me atrapó en ningún momento. Si la vuelvo a ver el año próximo, será como de fondo en la comida o en alguna reunión.


¿No parece comercial?


Mi esposa me regaló un pino de papel muy ad hoc con este día y con mi capuchino. Me gustó mucho el detalle. Un ejemplo de que el dinero no es necesario para darse regalos. Sólo es necesaria la creatividad y el cariño. 

Ya estoy preparando mis reuniones virtuales para felicitarnos en Nochebuena. El amor al prójimo se manifiesta en estos tiempos, al cuidarnos a nosotros mismos. No hace falta explicar exhaustivamente. 

También esa noche, habrá otro concierto navideño, transmitido a través de redes sociales. Ya lo agendé. De hecho me compré una armónica, con la esperanza de tocar villancicos el año entrante. YouTube será mi maestro por ahora. Ya les contaré cómo me fue. Considero la armónica como un instrumento muy versátil. Lo puedo llevar a todas partes. Incluso, si la economía se pone fea, puedo consagrarme como un artista callejero. Que alguien me grabe y hacerme viral. Uno nunca sabe...

Grimaldo me hace divagar. 




¿Qué más puedo decir? Ya casi es Navidad. Y la esperanza aumenta con cada segundo del reloj.

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