viernes, 11 de diciembre de 2020

Blogmas 11 2020. Peregrinos.

 

El Camino.


En mis años de universitario tuve la oportunidad de ir en peregrinación hacia la Basílica de Guadalupe.Un      primo nos cayó de sorpresa en la casa. Quería compañía para ir a ver a la Virgencita. Mi hermana también se nos unió en aquella travesía. Caminamos desde mi casa, ubicada por el Metro Tasqueña, hasta nuestro destino. Seguimos a los peregrinos que compartían la misma ruta. No sé en qué momento nos desviamos. Entre el rezo del rosario y la plática, nos encontramos en Tepito. Había poca gente. Las calles estaban prácticamente vacías. Vimos fogatas urbanas en cada esquina. Una en especial llamó nuestra atención. Un grupo de jóvenes drogándose al calor del fuego. Mi primo inocentemente gritó: “mira unos drogadictos”. Si nos escucharon o no, nunca lo sabremos con seguridad. Sólo recuerdo decirle que se callara y apuramos el paso. ¿En qué momento perdimos la caravana de peregrinos? Afortunadamente nadie nos molestó. Al parecer toda la Ciudad respeta a la Virgen... Finalmente llegamos a la Calzada de Guadalupe. El camino a partir de ese momento sería más seguro. Durante el trayecto hubo gente que ofrecía café y pan para recuperar energía y calor. Recuerdo que fue una noche bastante fría. Todo eso para ver a la Virgen sólo por  instantes. Hay un corredor eléctrico que no permite detenerte a contemplar a la Guadalupana. Valió la pena. Desafortunadamente la experiencia no se repitió en los años subsecuentes. Sin embargo también pude peregrinar hacia el Cerro del Cubilete; pero esa historia es harina de otro costal.

Las peregrinaciones nos recuerdan que estamos de paso nada más. Que nuestro destino es mayor que el camino. Incluso peregrinar es una forma de orar con acción.

Por primera vez, el peregrinar será de manera espiritual. No quiero decir virtual, porque el camino de oración es espiritual.

En casa sigo viendo películas navideñas y jugando con mi calendario de adviento digital. Sí, el de Holiday Jerk...

Ahí la llevo.

Por ahora me despido. Como siempre les recuerdo que los caminos se transitan con la esperanza de llegar hasta el final.


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