En todos los partidos "amistosos" de futból recientemente disputados por la selección tricolor, me llama la atención que tales partidos pueden calificarse de pequeñas guerras, partidas, descalabros, humillaciones, etc., todo menos amistosos.
¿Dónde quedó el fair play? Si un jugador del otro equipo cae, no se ve el gesto de tenderle la mano para ayudarle. Cuando tocan el himno de la otra selección escucho ruidos y chiflidos.
Debe recordarse que el deporte es una actividad lúdica, recreativa. Si los medios le han querido agregar otros calificativos, sin duda es por las ganancias que genera una guerra a balonazos.
Hay quienes llaman al equipo contrincante "enemigo íntimo". No debería ser así. El deporte debería ser fuente de unión, de fraternidad entre naciones, jamás un escape hacia el individuo.
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