sábado, 12 de junio de 2010

Lástima.


Este viernes fue el último día de curso regular de los alumnos. La mitad del grupo reprobó la materia, no por los examenes, simplemente por no entregar las tareas.

Lo increíble del caso es mi afán por ayudarlos. Les pedí que hicieran los ejercicios que pudieran en el transcurso de la clase... Qué desilusión.

Prefirieron reprobar, incluso ir a extraordinario que trabajar. Cada clase me piden no darla, como si fuera su derecho no hacer nada.

Espero que dentro de 10 años no se quejen si acaso les llegara a ir mal en su vida laboral.

No hay comentarios: