viernes, 4 de diciembre de 2020

Blogmas 1-4 Diciembre 2020. Recuerdos.

 




Mi Nacimiento.




La Navidad es la época del año que más disfruto. Es un tiempo lleno de esperanza (aunque parezca comercial de refresco). Este año quiero compartir con ustedes mis experiencias cotidianas de estas fechas decembrinas. No me atrevo a hacerlo en video (los famosos vlogmas). La timidez me gana. Sin embargo no encuentro ningún inconveniente en hacerlo por este medio (blogmas). Lamentablemente se me ocurrió hacerlo casi una semana después de iniciado el Adviento, que es el tiempo de preparación para el momento culminante de la Historia. Las primeras vísperas del domingo comenzaron el sábado por la tarde; así que ese día mi esposa y un servidor sacamos de las caja maestra, todos los aditamentos necesarios para adornar nuestra casa con motivos navideños. Busqué mi lista de reproducción con canciones navideñas para dar ambiente a los preparativos.

Lo primero que pusimos fue el árbol. Está hecho de plástico, de la marca Naviplastic, de hecho es el mismo modelo que mi abuela colocaba cuando era un niño, razón por la cual no lo he cambiado desde hace siete años aproximadamente. Desde los últimos tres años, lo hemos adornado con luces y esferas de La Guerra de las Galaxias. Aunque las nuevas películas fueron una decepción, excluyendo a Mark Hamill, o Luke Skywalker para los fans. Sólo dos adornos desentonan con el estilo intergaláctico del árbol: un adorno hecho por nuestro sobrino y una figura de Charlie Brown, cuyo DVD compramos para ver la versión navideña de este personaje. Es una película recomendada para toda la familia, con un buen mensaje sobre el verdadero significado de la Navidad...




Árbol de Navidad


Adorno de “Charlie Brown”.


El árbol del año 2019.



Prometo poner mejores fotos del árbol en los blogs siguientes. El árbol me recuerda mucho las navidades con la abuela. Ella nos unió en torno a la Navidad, al árbol, al Nacimiento y la cena. No podían faltar los juguetes, cortesía de Santa Claus. Recuerdo cuando nos llevaron a la hoy extinta tienda “Gigante”, ubicada afuera del metro Taxqueña. En esa tienda hubo un show de San Nicolás junto con los tres Reyes Magos. Los vimos de espaldas, cuando ya estaban retirándose del centro comercial. Una tía nos dijo que fuéramos a saludarlos. Corrimos como locos, gritando “Santa, Santa”. Segundos después detuvieron sus pasos y pudimos abrazarlos. Ese abrazo permanecerá en mi memoria hasta mi último aliento. Siempre presumía a mis primos y compañeros de escuela que había conocido a Santa Claus. Ellos siempre respondían que también. Incluso hasta tenían fotos como evidencia de su mágico encuentro...

En los Multifamiliares de Tlalpan, cuando tenía cinco años, la Administración ponía un Nacimiento afuera del Edificio Central. Nadie robaba ni vandalizaba nada. ¡Qué tiempos aquellos! Siempre íbamos a la misa de gallo, que nuestro párroco la celebraba a las nueve. Era un gallo muy madrugador. El fantasma de las navidades pasadas se ha apoderado de mí. Desde niño manifesté el gusto por la filosofía aún sin saberlo. En mis cartas al señor Claus, hacía preguntas metafísicas: Buscaba lo trascendente. No sabía que mis hermanos leerían mis disertaciones. Era muy ingenuo.

Buscaba respuestas...

En asuntos más triviales también compré un Cascanueces. Desde tiempos inmemoriales quería un custodio para mis libros que se viera bonito también.





                                                Mi ansiado Cascanueces.

Ya me despido por hoy. Pero mantendré encendida la chispa navideña desde hoy, hasta el día de Reyes. No pierdan la esperanza.



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