sábado, 11 de enero de 2020

Cambio de Paradigma



      El día de hoy terminé de ver la serie Downton Abbey. Me llevo un grato sabor de boca. Es una serie con buenos escritores. No dejan ni un cabo suelto. Cada personaje tiene su historia y evolución. Es una serie sobre el cambio de paradigma. De cómo la nobleza inglesa dio entrada a la burguesía incipiente. El sistema feudal de tierras perdía terreno frente a la industrialización. El siglo XX venía con todo. Muchos nobles fueron incapaces de adaptarse ante los nuevos tiempos, por lo que sucumbieron ante la modernización. Esta serie aborda estos cambios a través de la mirada no sólo de los nobles, sino también de sus sirvientes. Ambas historias son interesantes y guardan relevancia. No cuento más. Los invito a verla. 

También conseguí la última entrega de la hexalogía Millenium, iniciada por Stieg Larsson y ahora retomada por David Lagercrantz. Espero que le rinda un debido homenaje a la protagonista. Lisbeth Salander es única. Mezcla de genialidad con valentía. Lo curioso es que de la primera trilogía, escrita por el autor original, me acuerdo casi por completo de la trama. De la nueva, me esforcé por recordar. Las nuevas entregas parecen más historias de acción. Lagercrantz tenía una labor difícil...

Oficialmente Navidad termina con las primeras vísperas del Bautismo de Jesús, iniciando el tiempo ordinario. En febrero comienza la cuaresma. Cada año se me hace más rápido que el anterior. ¿Será eso envejecer? Me encuentro a dos peldaños del cuarto piso. Una prima me envío una solicitud de amistad. Acepté con el pensamiento de conocerla cuando era apenas una bebé de brazos. El tiempo vuela.

A estas alturas, mis gustos han envejecido. Prefiero sentarme a leer y escribir, acompañado generalmente con una taza de café o con un vaso de whiskey en raras ocasiones. Bebo para degustar, no para embrutecerme. Incluso compré un vaso especial (glencairn) para apreciar mejor el sabor. Sin embargo confieso mi adicción al café. Un día cometí el grave error de no llevar mi termo. El dolor de cabeza no se hizo esperar, como un recordatorio para mi sistema. El café y yo tenemos una relación complicada. Adquirí el hábito de tomarlo gracias a mi esposa. Ella me incitó. Bendita culpa.

Me tomé un café a las seis de la tarde. Espero conciliar el sueño. De lo contrario, la lectura nocturna me aguarda.




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