lunes, 4 de octubre de 2010

San Francisco de Asís

Hoy celebramos la luz de un santo famoso en todo el mundo; san Francisco de Asís. Realmente queda poco por decir sobre esta gran destello de la Iglesia, no sólo del medioevo, de nuestros días. Tengo el atrevimiento de llamarlo el santo de los detalles. San Buenaventura veía los detalles como vestigios de Dios en la Creación, no como un concepto, sino como huellas palpables de las creaturas, aquí y ahora. Una piedra y una simple fuente de un parque era una mesa celestial, donde saboreaba los trozos de pan duro cual manjares para tan humilde paladar. El trinar de los pájaros eran himnos de alabanza para su Creador.
La perfecta alegría consistía en soportar las penas y fatigas mundanas por el amor divino. Por provenir de una misma Mano, para el pobrecillo de Asís toda la creación era su hermana. Al igual que su Divino Maestro, se hizo pobre para enriquecernos. Con su ejemplo, muchas personas volvieron a mirar hacia el Cielo, con los pies en la tierra pasajera.

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