viernes, 13 de agosto de 2010

Lo esencial es invisible a los ojos.



        El primer libro leído cuando entré al vicio de leer fue el Principito. Cuando el principito conoce al zorro, éste le dice lo siguiente: "Lo esencial es invisible a los ojos". Esta frase quedó guardada en mi memoria toda la vida.
¿Qué es lo esencial, que no se puede ver, siquiera tocar? Muchas personas darían todas sus posesiones por tenerlo, si tan sólo supieran qué es... Lo material nos mal acostumbra a sus leyes y disposiciones. Es tan real, nos envuelve, abraza, sumerge nuestra realidad en sí misma. No podemos eludirla, es parte de nosotros, sin reflejarnos plenamente.
Hemos caído en el olvido, fundamental, de nosotros mismos. Ser egoísta y soberbio es vernos con amplificador; nos puede gustar la imagen alterada, sombra de nuestra luz. No somos nosotros.
Lo esencial es invisible, escapa a los sentidos. ¿qué hay de la amistad, del amor, de la fe? No podemos medirlos, contarlos, pesarlos. No puedo decir: te quiero de aquí a la Luna; son millones de kilometros, muchos sin duda, pero no expresan fielmente lo que es el amor. O se ama o no. El amor es el mismo. Puede haber manifestaciones exteriores de él, por causa de nuestro ser material, como un beso, un regalo... El amor es invisible a los ojos. Es nuestra esencia y fin.

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