sábado, 19 de junio de 2010

Cabezas duras


En la Ciudad de México, mejor dicho: gran parte del país, no persigue el bien común, sino el propio. Esto explica los embotellamientos frecuentes, junto a diversos accidentes por no respetar la luz roja. Piensan que ganan tiempo; pero ¿a qué costo?

Incluso cuando conducen a exceso de velocidad creen que llegarán más rápido a sus hogares. Está comprobado que a mayor velocidad, mayor serán las luces de alto. Cuando yo manejo, lo hago respetando los límites de velocidad, muchos carros me rebasan, por lo general a exceso de velocidad; siempre les doy alcance en el semáforo siguiente.

¿A quién creen que engañan? Ellos mismos en su obstinada estupidez. Se creen más listos cuando ignoran o violan las reglas. Todo lo contrario.

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